Los tres estamentos de la Cristiandad
La Edad Media entendió la sociedad como dividida en tres grandes sectores, no por cierto enfrentados entre sí sino armónicamente cohesionados: los que oran, los que trabajan y los que combaten.
[Dice el Rey Alfonso el Sabio en Las Siete Partidas]: "Defensores son uno de los tres estados, porque Dios quiso que se mantuviese el mundo. Pues así como los que ruegan a Dios por el pueblo, son dichos oradores; y asimismo los que labran la tierra y hacen en ella aquellas cosas porque los hombres han de vivir y mantenerse, son dichos labradores; asimismo los que han de defender a todos son dichos defensores [...]. Y esto fue, porque en defender se ocultan tres cosas: esfuerzo, honra y poderío. [...] [Señaladamente] son establecidos para defender la tierra y acrecentarla".
Oficio es pues, del Caballero la defensa de los dos estamentos débiles, el del orador y el del labrador, oficio irreemplazable en una sociedad bien constituida. Cada sector debe cumplir su papel específico. "Los estados son de tantas maneras -escribe el príncipe don Juan Manuel, sobrino del Rey don Alfonso, [en el Libro del caballero et del escudero]-, que lo que pertenece a un estado es muy dañoso al otro. Y entendedlo bien, que si el caballero quisiera tomar estado de labrador o de menestral, mucho impide al estado de caballería, y lo mismo si estos dichos toman estado de caballería".
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La caballería es la consagración de la condición militar, o, al decir de León Gautier [en Le Chevalerie], la fuerza armada al servicio de la verdad desarmada.
Extraído de La Caballería, Alfredo Sáenz. Buenos Aires, Editorial Gladius, 2009 (sexta edición), págs 33 a 36.
Ilustración de un rey y su corte en las Cantigas de Alfonso X el Sabio |