martes, 10 de febrero de 2015

Oración a Nuestra Señora de los Buenos Aires


por Francisco Luis Bernárdez

Virgen que das el puerto de tus brazos,
Virgen que das el puerto de tus ojos,
tanto a la embarcación hecha pedazos
como a la voluntad hecha despojos;

que con tu nombre calmas las pasiones
y los desordenados movimientos,
los movimientos de los corazones
y las pasiones de los elementos;

que con el nombre con que das la calma
diste comienzo a la ciudad querida,
puesto que dar el nombre es dar el alma, 
puesto que dar el alma es dar la vida;

Virgen que favoreces nuestras cosas
con tus imploraciones insistentes,
porque tus manos misericordiosas
cuando se juntan son omnipotentes;

Virgen que con tus manos aseguras,
Virgen que con tus manos iluminas
los derroteros y las singladuras
de las generaciones argentinas;

Nuestra Señora de los Buenos Aires
antes de que aparezca el Anticristo,
pídele a Dios que funde a Buenos Aires
por vez tercera, pero en Jesucristo;

para que cuando caigan las estrellas,
y la luna se apague con el viento,
y de la luz del sol no queden huellas
ni en la memoria ni en el firmamento;

para que cuando en forma decisiva
la Palabra de Dios nos interrogue;
para que cuando el río de agua viva
nos apague la sed o nos ahogue;

para que cuando suene la trompeta
sobre la confusión de las campanas,
y el demonio se quite la careta,
y aparezca el Ladrón en las ventanas;

para que cuando vuelvan del olvido
todos los que disfruten de sosiego,
y este renacimiento prometido
sea para la luz o para el fuego;

para que cuando el río de la Plata
pueda llamarse río de Sangre,
y convertido en una catarata
el cielo moribundo se desangre;

para que cuando cese la discordia,
para que cuando cese la codicia,
para que cuando la Misericordia 
dé paso finalmente a la Justicia;

para que cuando el tiempo se resuelva
en un hoy sin ayer y sin mañana,
y el espacio de ahora se disuelva
en una dimensión ultramundana;

para que cuando todo esté marchito,
las mujeres, los niños y los hombres
que nacieron aquí tengan escrito
en las frentes el nombre de los nombres;

y para que la bienaventurada 
ciudad de Buenos Aires sobreviva,
convertida en la parte más poblada
de la Jerusalén definitiva.

 
Basílica Nuestra Señora de los Buenos Aires (barrio de Caballito)


Basílica Nuestra Señora de los Buenos Aires. Parte superior del templete. Ángeles en Adoración y tocando las trompetas.





Basílica Nuestra Señora de los Buenos Aires. Acceso principal (Av. Gaona 1730).