jueves, 9 de octubre de 2014

Aprendizaje colaborativo vs. aprendizaje cooperativo


El aprendizaje colaborativo es una estrategia especialmente adecuada para entornos digitales.

El trabajo colaborativo permite compartir información y generar documentos conjuntos, en un proceso que implica también la solución de problemas y la toma de decisiones. El aprendizaje colaborativo en red es una estrategia de enseñanza-aprendizaje por la cual interactúan dos o más sujetos para construir el aprendizaje a través de la discusión, la reflexión y la toma de decisiones; en este proceso los recursos informáticos actúan como mediadores. La acción colaborativa se genera desde la comunicación, mediante la participación en tareas realistas y concretas que aporten temas de interés común con respecto al objeto de estudio, para lo cual se utilizan herramientas interactivas.


En la colaboración se da un proceso en que la creación de conocimiento se produce como resultado de la interacción de los sujetos en un contexto determinado. El aprendizaje colaborativo se aplica a proyectos que implican la interacción entre personas que intercambian conocimientos y recursos para aprender o para resolver alguna tarea concreta, sin entrar en competencia.
 

Características del aprendizaje colaborativo y del aprendizaje cooperativo



Estas dos estrategias comparten la característica del trabajo en grupo y, en contextos educativos, la realización de una tarea pautada por un profesor. En ambos casos en el proceso de aprendizaje interviene la capacidad de resolver problemas independientemente, bajo la guía de un docente, con la contribucion de otros compañeros. Sin embargo, estos dos modos de aprender presentan considerables diferencias entre sí.

  • División del trabajo

Un aspecto central para comparar los dos tipos de aprendizaje es el grado de división del trabajo entre los integrantes del grupo. Efectivamente, se da en los dos casos, pero de un modo diferente. En la cooperación se trata de repartir la tarea (es decir, distribuir actividades o roles entre los participantes); cada estudiante se hace cargo de un aspecto de ella, y luego se ponen en común los resultados. En cambio, en la colaboración se trata de compartir la tarea: los miembros del grupo realizan el trabajo juntos, y existe una más baja división de la labor. Esta puede darse, espontáneamente. Por ejemplo, alguien puede especializarse más en aspectos estratégicos de la tarea, y otro en tareas más puntuales o de más bajo nivel.


En la división del trabajo colaborativo las tareas están más entrelazadas y los participantes monitorean las respectivas tareas entre sí. En cambio, en el trabajo cooperativo las subtareas son más independientes. Asimismo, en el trabajo colaborativo la división horizontal del trabajo es inestable: los roles pueden ir variando, de modo que un participante puede pasar de ser regulador a regulado. En la cooperación la división de la labor tiende a ser más fija, con pautas generalmente establecidas desde el comienzo.

  • Rol de los profesores y alumnos (interacciones, autoridad) 

Otra diferencia entre la colaboración y la cooperación está dada por el rol del profesor y la responsabilidad del aprendizaje. En la colaboración los alumnos van diseñando su estructura de interacciones y mantienen el control sobre las distintas decisiones que repercuten en su aprendizaje. Por su parte, en la cooperación es el profesor quien diseña y mantiene el control en la estructura de interacciones y de los resultados que se han de obtener. En el aprendizaje cooperativo la responsabilidad del aprendizaje es mayor para el profesor, como experto; en la colaboración, los estudiantes ganan protagonismo. La pedagogía del aprendizaje en colaboración cambia el enfoque de la interacción profesor – estudiante al papel de las relaciones entre pares, pues en el aprendizaje colaborativo, a diferencia del cooperativo, se comparte la autoridad y entre todos se acepta la responsabilidad de las acciones del grupo.


El aprendizaje cooperativo está más centrado en el profesor y en la estructura propuesta para las actividades mismas, y a partir de eso tiende a organizarse la división de tareas para los estudiantes, con roles más o menos fijos. De esta forma, la organización y el desarrollo de las tareas tiende a ser vertical: establecido, supervisado y controlado por el profesor, de acuerdo a la expectativa de logro pautada. En cambio, en la colaboración se da una organización de las tareas y una construcción del conocimiento más horizontal, consensuada a través del grupo, lo cual favorece las soluciones creativas. La responsabilidad del aprendizaje recae en mayor medida en los estudiantes; o bien, el profesor y los estudiantes comparten la autoridad y el control del aprendizaje, aunque con roles diferentes.


En este sentido, un desafío para la labor docente es diseñar propuestas didácticas en sintonía con el trabajo colaborativo, que requieran la construcción del conocimiento con otros y para las que sean necesarias múltiples subjetividades; definir sus objetivos, asesorar sobre materiales de trabajo, segmentar la labor en subtareas y orientar a los alumnos, proponiendo preguntas que apunten a la construcción del conocimiento y no a la repetición de información obtenida. En el trabajo colaborativo, el profesor es un facilitador de los procesos implicados en la resolución de la tarea; una vez que ésta es asignada, también puede ser un observador, e intervenir para resolver consultas y favorecer la retroalimentación sobre el desarrollo del trabajo.

Por la propia dinámica del trabajo colaborativo, se recibe y se da retroalimentación entre los miembros del grupo, y con el profesor, quien en esta modalidad didáctica no puede ser considerado como única fuente de información. Cada miembro del grupo es en cierta forma una potencial fuente de conocimiento y puede negociar propósitos, planes, conceptos y toma de decisiones. El trabajo colaborativo es una oportunidad de aprender de los otros y con los otros.

  • Perfil de los estudiantes
  
El perfil de los estudiantes es otro aspecto en que el aprendizaje colaborativo y el cooperativo son distintos. Dado que la colaboración no es un proceso sencillo, el enfoque colaborativo requiere de una preparación más avanzada y resulta más adecuado para trabajar con grupos de estudiantes dotados de cierto grado de autonomía, madurez y creatividad. Y estos requisitos son esperables, especialmente, en alumnos de nivel superior (universitario). El aprendizaje colaborativo es una estrategia adecuada para implementar con estudiantes ya entrenados en el trabajo cooperativo, el cual resulta más apropiado para los estudios primarios y de nivel medio.


La colaboración como estrategia de aprendizaje requiere de los participantes: confianza, compromiso, responsabilidad, comunicación, coordinación, complementariedad y alta motivación. El rol del estudiante no es pasivo: no es un receptor de información. Asimismo, la colaboración genera una interdependencia positiva, que no implica competencia; y reduce la sensación de aislamiento en la resolución de las tareas. 


  • Tipo de conocimiento
  
El tipo de conocimiento estudiado marca otra diferencia entre el aprendizaje colaborativo y el cooperativo. El trabajo colaborativo es más adecuado para conocimientos derivados a través del razonamiento y el cuestionamiento (por ejemplo, las temáticas sociales), en lugar de la memorización y la repetición. Es apropiado para conocimientos menos estructurados y que requieren pensamiento divergente: los conceptos se elaboran con la ayuda de los demás miembros del grupo. Implica una participación activa en el proceso de cuestionamiento, reformulación y aprendizaje; y como resultado de esa acción se construye el conocimiento. En cambio, si se trabaja con información o conocimientos más estructurados y sobre los que hay mayor acuerdo (como los procedimientos matemáticos o la geografía), el aprendizaje cooperativo puede ser apropiado, especialmente en nivel primario y secundario. 


  • Habilidades individuales o sociales
  
En las tareas cooperativas, generalmente el educador propone un problema a resolver, da indicaciones sobre cómo hacerlo y se asignan las tareas para los miembros del grupo (lo pauta el profesor o lo eligen los alumnos); cada uno se responsabiliza por resolver una parte del problema (lo cual implica resolver las tareas individualmente) y luego se ensamblan los resultados parciales en un resultado final. En la cooperación la estructuración previa de las actividades es más alta que en la colaboración.


En el trabajo cooperativo los procesos son más individuales. En cambio, en la construcción colaborativa del conocimiento los individuos se involucran en el aprendizaje y en la resolución de una tarea como miembros de un grupo; las actividades en que participan se resuelven en dinámicas grupales, compartiendo y negociando los aportes individuales. Los participantes se mantienen comprometidos con una tarea compartida, construida en grupo, a partir de aportes y negociaciones colaborativas. En la colaboración el trabajo se realiza en forma conjunta: se comparten y negocian significados relevantes a una tarea de resolución de problemas. La colaboración es una actividad coordinada, que es resultado de un intento continuo de construir y mantener una concepción compartida de un problema.




En cuanto a las dinámicas, las tareas colaborativas requieren habilidades personales y también sociales, como el trabajo en equipo y la capacidad para resolver conflictos; la capacidad para argumentar (exponer y fundamentar las propias ideas), la tolerancia y la habilidad para negociar, ya que es importante reformular los contenidos a partir de la construcción de consensos con los demás. Este aspecto es central para agilizar la toma de decisiones: en la colaboración el conocimiento se aprende en contextos realistas, para ser aplicado en situaciones concretas; y la opción por determinadas soluciones en detrimento de otras se orienta a este objetivo. El resultado debería ser una resolución consistente y coherente de la tarea encomendada.

  • Entorno de aprendizaje 

Otra diferencia entre colaboración y cooperación está dada por el entorno de aprendizaje. El aprendizaje colaborativo es más adecuado para un entorno digital, incluso global. Con las NTICs (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación) se favorecen los entornos de aprendizaje mediados tecnológicamente, caracterizados por la interactividad, la ubicuidad y la posibilidad de sincronismo. En el caso de la cooperación, el aprovechamiento de la tecnología no necesariamente está en primer plano.


En el trabajo colaborativo, en el grupo se discute y se van negociando consensos. El aprendizaje en red favorece el “entorno conversacional”. De los intercambios y consensos logrados surge el nuevo conocimiento. La actividad colaborativa deriva en acciones intersubjetivas. El diálogo y la negociación son elementos centrales: estimulan la generación de contenidos mediante el trabajo colectivo, crítico y creativo de los participantes, aspectos no necesariamente constitutivos del trabajo cooperativo.



~*~


Como se ha dicho anteriormente, el aprendizaje cooperativo y el colaborativo se asemejan en que implican trabajo en grupo. En contextos educativos, se orientan a la realización de tareas pautadas por un docente; requieren la contribución de otros compañeros y la propia capacidad de resolver problemas independientemente, por parte del alumno.


En el siguiente cuadro pueden apreciarse sistematizadas las principales diferencias entre las mencionadas estrategias de aprendizaje.



Aprendizaje COOPERATIVO
Aprendizaje COLABORATIVO
División del

trabajo
Las tareas se reparten.
Las tareas se comparten.
Autoridad (decisiones para resolver la tarea)
Recae principalmente en el profesor (fuente de información; dirige los procesos). Estructura vertical.
Repartida entre los alumnos y el profesor (con distintos roles). Estructura horizontal.
Interacción
Profesor Alumnos
Entre pares, con intervención del profesor (facilitador).
Estructuración

previa
Alta.
Baja.
Perfil de los

estudiantes
Especialmente adecuado para nivel primario y medio.
Especialmente adecuado para nivel superior.
Tipos de

conocimiento
Especialmente adecuado para contenidos sobre los que hay mayor acuerdo.
Especialmente adecuado para contenidos que requieren multiplicidad de miradas; el conocimiento obtenido deriva del razonamiento y del cuestionamiento.
Procesos para el

aprendizaje
Predominio de habilidades individuales. Posterior puesta en común con el grupo.
Se requieren habilidades individuales y también sociales. Las dinámicas son grupales.
Entorno para el

aprendizaje
Apto para dinámicas presenciales (no excluyente). El diálogo es importante, pero no se depende de construir consensos para resolver la tarea.
Especialmente adecuado para entornos digitales: aprendizaje mediado por la tecnología. Entorno conversacional, requerido para la resolución de la tarea.