Los pronombres personales átonos son clíticos: se consideran como una palabra o partícula independiente, pero se pronuncian como parte de la palabra anterior o siguiente. Es decir que presentan un comportamiento sintáctico similar al de una palabra, pero fonológicamente no son autónomos, sino que dependen de otra palabra contigua.
En el caso de los pronombres personales átonos que realizan funciones de objeto directo o indirecto (me, te, lo(s), la(s), le(s), nos, [os], se), la dependencia fonológica se da respecto del verbo.
En cuanto a la ubicación de estos pronombres, pueden ir antepuestos o pospuestos, según la forma del verbo.
- Los pronombres se colocan antes de la forma verbal ---> en combinación con verbos conjugados (formas personales) en Pasado, Presente o Futuro.
- Lo comí / Lo como / Lo comeré (= Lo voy a comer).
- Te lo dije/ Te lo digo / Te lo diré (= Te lo voy a decir).
- Los pronombres se colocan después de la forma verbal ---> en combinación con
- Gerundios (_ando/ _iendo): Comiéndolo. Diciéndolo. Diciéndotelo.
- Imperativo Afirmativo: Comelo. Decilo. Decímelo.
- En las exhortaciones afirmativas el pronombre va después del verbo: Comámoslo. Digámoslo.
- Para las órdenes o exhortaciones negadas el pronombre va antes del verbo: No lo comas / No lo comamos. No se lo digas / No se lo digamos.
- Las frases verbales tienen un comportamiento especial. Combinan un verbo conjugado y un verboide (gerundio o infinitivo) y admiten la ubicación del pronombre antes o después del verbo; pero nunca en medio de la frase (*Estoy lo comiendo no es gramatical en español).
Ejemplos de frases verbales y ubicación de pronombres:
- Presente continuo:
Lo estoy comiendo. / Estoy comiéndolo.
Te lo estoy diciendo. / Estoy diciéndotelo.
- Futuro perifrástico:
Lo voy a comer. / Voy a comerlo.
Se lo voy a decir. / Voy a decírselo.
- Obligación:
Lo tengo que comer. / Tengo que comerlo.
Me lo tiene que decir. / Tiene que decírmelo.
Atención:
Con la estructura Hay que + Infinitivo (perífrasis obligativa) solo se admite el pronombre después del verbo: Hay que comerlo. "Hay que" es una forma impersonal.
En las frases verbales que admiten las dos posiciones del pronombre, la ubicación antes o después del verbo en algunos casos puede sugerir matices de significado. Por ejemplo, dada la frase Tengo que llamar a Juan, es posible el reemplazo pronominal del objeto ubicando el lo antes o después de la forma verbal:
- Tengo que llamarlo.
- Lo tengo que llamar.
En la primera frase se expresa la obligación y la referencia al objeto se percibe neutra. En cambio, en la segunda, se destaca el objeto en posición inicial.
Estas reglas están vigentes en el español actual. En textos antiguos es frecuente encontrar formas como:
Díjole la verdad. (En lugar de: Le dijo la verdad).
Este uso no es agramatical en el español actual, pero puede considerarse no aceptable en la comunicación, ya que se percibe un registro arcaizante, afectado o que procura asemejarse a formas en desuso, literarias.