Un poco de historia
El uso de tildes para marcar ortográficamente el acento fonológico en español data de fines de la Edad Media. En latín no se usaban tildes, pero sí en griego. Por eso se presume que la entrada de nuevos textos griegos, especialmente en Italia, hacia el siglo XV, pudo haber favorecido la circulación en Europa de este hábito ortográfico.
En España, el uso de tildes es regulado por la Real Academia Española (RAE) -fundada en 1713- desde el siglo XVIII. Los acentos circunflejo (^) y grave (`) se perdieron. El español conserva solo el acento agudo (´), y las normas para su aplicación han ido cambiando, hasta la incorporación de las últimas modificaciones en la Ortografía de la lengua española (RAE), de 2010.
En español la tilde indica la sílaba acentuada: es un signo colocado sobre la vocal de la sílaba tónica de la palabra, para marcar su mayor intensidad. En otras lenguas la tilde puede indicar, por ejemplo, apertura o cierre de vocales.
Para Luis Pérez Tobarra (Universidad Lingüística de Moscú, Instituto Cervantes de Moscú), el primer caso conocido de acento en castellano es de 1477, en el manual Doctrina christiana, en las palabras justícia y fortuíto.
Antonio de Nebrija dedica el libro segundo de su Gramática de la lengua castellana (1492) al estudio de la prosodia, la acentuación y la sílaba. Menciona la existencia del acento escrito agudo (´) -al que caracteriza como "rasguito"-, que permite, por ejemplo, distinguir formas como ámo y amó. También menciona el acento circunflejo, aplicable en casos especiales de triptongo. Nebrija se refiere además al uso del acento ortográfico en textos más antiguos. Efectivamente, hay registro de palabras tildadas anteriores al siglo XV.
Durante el siglo XVI se va generalizando el acento ortográfico (agudo, grave y circunflejo), pero no se regulariza su uso hasta más tarde.
Se considera que el primer paso para la fijación de las reglas de acentuación se dio en el "Discurso Proemial de la Ortographia" del primer Diccionario de la lengua castellana (1726), donde se establece que en español el acento circunflejo no tiene uso alguno, y que las tildes indican la sílaba acentuada.
Criterios para el uso de la tilde en español
El uso de la tilde contribuye a representar gráficamente la lengua hablada. Facilita además la correcta pronunciación de las palabras polisilábicas, que son la mayoría.
Las sílabas y las palabras del español presentan una serie de características:
- Las sílabas se componen con frecuencia de una o varias vocales, con una o dos consonantes que las anteceden o las siguen, como en ar-te o mar-gen. Un ejemplo de sílaba conformada por una vocal con dos consonantes antes y después de ella es el prefijo trans.
- Las palabras más numerosas son las graves (llanas), con acento tónico en la penúltima sílaba.
- Por su cantidad, en segundo lugar están las palabras agudas, con acento tónico en la última sílaba.
- Por último, las palabras esdrújulas (acentuadas en la antepenúltima sílaba) y sobreesdrújulas (acentuadas en la sílaba anterior a las esdrújulas) son las menos numerosas.
Con respecto a las clases de palabras:
- La mayoría de los sustantivos y adjetivos singulares en español terminan en vocal, pero tienen plural en s (casa grande, casas grandes).
- La mayoría de las desinencias de los verbos terminan en n, s o vocal.
Las reglas generales de acentuación se establecieron considerando las características de las palabras del español, de acuerdo a un criterio lógico (razonable) y económico (mayoría numérica): llevan tilde las palabras menos frecuentes. En otros términos, las palabras marcadas con tilde son las más escasas:
- Todas las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas llevan tilde, ya que son las más escasas.
- Las palabras graves terminadas en n, s o vocal no llevan tilde, por ser las más numerosas.
- Inversamente, las palabras agudas llevan tilde si terminan en n, s o vocal