¿Por qué se usan los ártículos el
y un ante algunos sustantivos femeninos?
Los sustantivos que comienzan
por el fonema /a/ tónico llevan el artículo el o un
en vez de la o una, cuando se dan las siguientes
condiciones:
a) este sustantivo pertenece al género
femenino;
b) este sustantivo está en singular;
c) el artículo va inmediatamente
delante del sustantivo.
El uso de el o un ante
sustantivos femeninos en singular encabezados por a_ tónica
(grafía a_ o ha_) no implica un cambio de género.
Los sustantivos correlacionan, por lo tanto, con adjetivos femeninos.
Algunos ejemplos:
ALMA
El alma pura ---> Las
almas puras
Un alma pura ---> Unas
almas puras
ÁNIMA
El ánima bendita --->
Las ánimas benditas
Un ánima bendita --->
Unas ánimas benditas
AGUA
El agua cristalina --->
Las aguas cristalinas
Un agua cristalina --->
Unas aguas cristalinas
AULA
El aula luminosa --->
Las aulas luminosas
Un aula luminosa --->
Unas aulas luminosas
ARMA
El arma blanca --->
Las armas blancas
Un arma blanca --->
Unas armas blancas
HAMBRE
El hambre canina --->
Las hambres caninas
Un hambre canina --->
Unas hambres caninas
HABLA
El habla clara --->
Las hablas claras
Un habla clara --->
Unas hablas claras
HACHA
El hacha peligrosa --->
Las hachas peligrosas
Un hacha peligrosa --->
Unas hachas peligrosas
ÁGUILA
El águila guerrera --->
Las águilas guerreras
Un águila guerrera --->
Unas águilas guerreras
ALA
El ala pequeña --->
Las alas pequeñas
Un ala pequeña --->
Unas alas pequeñas
AVE
El ave voladora --->
Las aves voladoras
Un ave voladora --->
Unas aves voladoras
ANCLA
El ancla pesada --->
Las anclas pesadas
Un ancla pesada --->
Unas anclas pesadas
ÁREA
El área protegida --->
Las áreas protegidas
Un área protegida --->
Unas áreas protegidas
HADA
El hada generosa --->
Las hadas generosas
Un hada
generosa ---> Unas hadas generosas
(H)ARPA
El arpa melodiosa --->
Las arpas melodiosas
Un arpa melodiosa --->
Unas arpas melodiosas
Más ejemplos: ACTA, ALGA, ARIA, ASA,
AURA, HABA, HAMPA, entre otros.
Cuando el uso del diminutivo afecta la
acentuación de la palabra y el sustantivo femenino singular no
comienza con /a/ tónica, se utilizan los artículos femeninos la
o una.
Ejemplo:
El agua tibia / Un
agua tibia ---> pero La agüita tibia
/ Una agüita tibia.
En el caso de los compuestos de sustantivos femeninos (como ave
/ avemaría y agua
/ aguamarina) cuyo primer
elemento, tomado por separado, comienza con /a/ tónica, a diferencia de la
forma compuesta, que comienza por el fonema /a/ átono, el uso de los artículos es fluctuante.
Para la palabra avemaría la RAE reconoce el uso habitual de los artículos el y un en concordancia con el sustantivo singular:
AVEMARÍA [oración a la Virgen María]
El avemaría
---> Las avemarías
Un avemaría
---> Unas avemarías
La RAE también recomienda el uso de los artículos la y una para las palabras aguamarina y aguamala (aguaviva), puesto que, a diferencia del sustantivo agua, no comienzan con a_ tónica.
AGUAMARINA [gema, piedra preciosa]
La aguamarina ---> Las
aguamarinas
Una aguamarina ---> Unas
aguamarinas
AGUAMALA / AGUAVIVA (Argentina)
[medusa]
La aguaviva ---> Las
aguavivas
Una aguaviva ---> Unas
aguavivas
Un caso especial es el sustantivo ARTE,
que en singular es masculino (con excepción de El Arte poética
[Horacio: Ars poetica]);
y en plural es femenino:
El arte gótico. El arte moderno. El
arte refinado.
Pero --->
Las artes plásticas. Las artes
escénicas. Las bellas artes.
La regla general es que ante
un sustantivo femenino en singular que empieza con a-
o ha-
tónicas se emplean solamente los artículos el
(determinante) y un (indefinido),
siempre y cuando estos artículos precedan inmediatamente al
sustantivo. Pero cuando entre el artículo y el sustantivo se
intercala, por ejemplo, un adjetivo, se emplean la
y una: La
misma agua; Una afilada hacha.
Más ejemplos:
El alma inmortal /
Un alma inmortal.
Pero --->
La
inmortal alma
---> Una
inmortal alma
El hacha pequeña /
Un hacha pequeña.
Pero
---> La
pequeña hacha
---> Una
pequeña hacha
El arma poderosa /
Un arma poderosa.
Pero
---> La
poderosa arma
---> Una
poderosa alma
El habla
incomprensible / Un habla incomprensible.
Pero
---> La
incomprensible habla
---> Una
incomprensible habla
En plural, estos
sustantivos llevan el artículo femenino normal: Las
almas inmortales; Las armas poderosas.
Cuando el sustantivo
femenino comienza con fonema /a/ átono, correlaciona con los
artículos femeninos la
y una: la
abeja /
una abeja;
la avispa
/ una avispa;
la almendra
/ una almendra;
la alegría
/ una alegría.
Ante adjetivos que
comienzan por a-
tónica se usan los artículos femeninos la y
una: La
alta jerarquía eclesiástica. Una ardua tarea.
La árida llanura. Una áspera
respuesta.
Más información:
El
Diccionario
Panhispánico de Dudas
de la RAE señala que “El artículo femenino la toma
obligatoriamente la forma el cuando se antepone a sustantivos
femeninos que comienzan por /a/ tónica (gráficamente a- o
ha-) […] Hay que señalar, no obstante, que la forma el
es, en determinados casos y por herencia histórica, una variante del
artículo femenino la. […]
Aunque esta forma es idéntica a la del artículo masculino, en
realidad se trata, en estos casos, de una variante formal del
artículo femenino.
El artículo femenino la
deriva del demostrativo latino illa,
que, en un primer estadio de su evolución, dio ela,
forma que, ante consonante, tendía a perder la e
inicial: illa >
(e)la + consonante >
la; por el contrario,
ante vocal, incluso ante vocal átona, la forma ela
tendía a perder la a
final: illa > el(a)
+ vocal > el; así,
de ela agua > el(a)
agua > el agua;
de ela arena >
el(a) arena > el
arena o de ela espada
> el(a) espada > el espada.
Con el tiempo, esta tendencia solo se mantuvo ante sustantivos que
comenzaban por /a/ tónica, y así ha llegado a nuestros días.
El
uso de la forma el
ante nombres femeninos solo se da cuando el artículo precede
inmediatamente al sustantivo, y no cuando entre ambos se interpone
otro elemento: el agua fría,
pero la mejor agua; el hacha del leñador,
pero la afilada hacha.
En la lengua actual, este fenómeno solo se produce ante sustantivos,
y no ante adjetivos.”
Ante sustantivos femeninos que
comienzan con a_ tónica se usa el indefinido un y
frecuentemente sus compuestos algún y ningún
(apócopes): un alma, algún hada, ningún arma. Pero es
incorrecto utilizar las formas masculinas de los demostrativos este,
ese y aquel: *este alma, *ese hada, *aquel arma (se
dice esta alma, esa hada, aquella arma).
Excepciones al uso de la forma el
del artículo ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/
tónica:
Letras del alfabeto. Se usa la y
no el ante los nombres de las letras a, hache y alfa. Ejemplo: La a es
una vocal abierta.
Ante los nombres propios de mujer,
cuando llevan artículo. Ejemplo: Ya no es la Ana que conocí.
Ante las siglas. Ejemplo: La AFA
(Asociación Argentina de Fútbol).
En el caso de los sustantivos que
comienzan por /a/ tónica y designan seres sexuados, si tienen una
única forma, válida para ambos géneros, se mantiene el uso de la
forma la del artículo cuando el referente es femenino, ya que
este es el único modo de señalar su sexo: la árabe (la
forma masculina es el árabe).
Si se trata, en cambio, de sustantivos
de dos terminaciones, una para cada género, la tradición nos ha
legado el uso de la forma el del artículo ante el nombre
femenino, como en el caso de ama. El ama
de casa (femenino). El
amo del campo (masculino).
Cuando el artículo acompaña a
topónimos femeninos que comienzan por /a/ tónica, su uso es
fluctuante. Con los nombres de continentes se usa el: El
África negra; El Asia milenaria. Con los países generalmente se
usa la: Se crió en la Austria católica; al igual que
con las ciudades: Vivió en la Ámsterdam moderna. La ciudad
de La Haya incluso tiene el artículo la como parte de su
nombre.
Más información:
Historia de la lengua
Como se ha explicado, ante sustantivos
femeninos en singular encabezados por el fonema /a/ tónico, se utiliza el
determinante el y el indefinido un, aunque su uso no
implique un cambio de género. El uso de estos artículos se
relaciona con la evolución del latín al español:
“Conviene recordar
que las formas el
y un que
combinan con palabras femeninas que empiezan por a
(ha) tónicas son históricamente
femeninas, pues proceden de los femeninos latinos illam
(> ell> el(a)), unam (>
un(a)). Por ello, hay que hablar de unas formas el,
un masculinas (el
niño, un
niño), y otras femeninas (el
alma, un alma)”.
(Gómez Torrego, L.: Manual de español
correcto. Madrid: Arco/Libros, 1991,
vol. 2, pp. 39 y 41).
“En realidad, el artículo el
(de el hada) no tiene el mismo origen que el artículo
masculino el (de el río). El castellano, en la
Edad Media, contaba con un artículo masculino elo (del
latín illum) y otro femenino ela (del latín
illa). Este último, por motivos eufónicos, perdía
la vocal final el(a) cuando le seguía un sustantivo que
comenzaba por vocal, evitando
el encuentro de las dos vocales. Con el paso del tiempo, este
proceso se ha restringido a sustantivos femeninos que comienzan por a
o ha tónicas. De ahí que la forma correcta del artículo
en el hada, así como en el agua, el hacha y
el alma, corresponde al uso de el, entendido como
una variante femenina y no masculina. Esto lo podemos comprobar al
ver que la concordancia afecta también al adjetivo que acompaña a
estos sustantivos femeninos: el hada generosa, el agua
contaminada, el hacha afilada y el alma inquieta” (cf:
http://castellanoactual.com/el-hada-o-la-hada/
).