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domingo, 20 de julio de 2014

La figura del Caballero


Los tres estamentos de la Cristiandad


La Edad Media entendió la sociedad como dividida en tres grandes sectores, no por cierto enfrentados entre sí sino armónicamente cohesionados: los que oran, los que trabajan y los que combaten.

[Dice el Rey Alfonso el Sabio en Las Siete Partidas]: "Defensores son uno de los tres estados, porque Dios quiso que se mantuviese el mundo. Pues así como los que ruegan a Dios por el pueblo, son dichos oradores; y asimismo los que labran la tierra y hacen en ella aquellas cosas porque los hombres han de vivir y mantenerse, son dichos labradores; asimismo los que han de defender a todos son dichos defensores [...]. Y esto fue, porque en defender se ocultan tres cosas: esfuerzo, honra y poderío. [...] [Señaladamente] son establecidos para defender la tierra y acrecentarla".

Oficio es pues, del Caballero la defensa de los dos estamentos débiles, el del orador y el del labrador, oficio irreemplazable en una sociedad bien constituida. Cada sector debe cumplir su papel específico. "Los estados son de tantas maneras -escribe el príncipe don Juan Manuel, sobrino del Rey don Alfonso, [en el Libro del caballero et del escudero]-, que lo que pertenece a un estado es muy dañoso al otro. Y entendedlo bien, que si el caballero quisiera tomar estado de labrador o de menestral, mucho impide al estado de caballería, y lo mismo si estos dichos toman estado de caballería".

[...]

La caballería es la consagración de la condición militar, o, al decir de León Gautier [en Le Chevalerie], la fuerza armada al servicio de la verdad desarmada.


Extraído de La Caballería, Alfredo Sáenz. Buenos Aires, Editorial Gladius, 2009 (sexta edición), págs 33 a 36.



Ilustración de un rey y su corte en las Cantigas de Alfonso X el Sabio