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jueves, 14 de noviembre de 2013

Enseñar y aprender en la era de las TIC*


Han pasado más de seis décadas desde que Isaac Asimov planteara la educación a distancia como materia de ciencia ficción. En “Cómo se divertían” (“The fun they had”), la escuela convencional, con alumnos y profesores, interactuando en un aula, ya no existía. La aplicación de la tecnología a la educación había despersonalizado el proceso de enseñanza y aprendizaje: las clases virtuales se daban en los hogares y no había escuelas, tampoco había libros, los profesores eran mecánicos; las tareas, individuales, se ingresaban en la ranura de un aparato y la corrección era automática.

Felizmente, en plena era digital, podemos decir que la aplicación de la tecnología a la educación ha proporcionado múltiples ventajas, que advertimos incluso en nuestra vida cotidiana, como profesores o como alumnos: ganamos tiempo al no tener que trasladarnos al lugar de las clases, podemos conectarnos desde cualquier lugar, tenemos acceso a gran cantidad y variedad de materiales, etc. 

 

La tecnología juega un importante rol dentro de la educación. Por ejemplo, acorta distancias y permite que participen estudiantes y profesores de diversas latitudes. A diferencia de lo planteado en el cuento de Asimov, aprovechando la funcionalidad de las plataformas educativas, como Moodle, se puede mantener una retroalimentación fluida entre docentes y alumnos; y entre los estudiantes se puede potenciar el aprendizaje colaborativo, en sintonía con esta era de producción y circulación de información a través de la red.

Estas ventajas son válidas tanto para estudiantes como para profesores. Y no son las únicas: docentes y alumnos pueden encontrar espacios de intercambio con grupos afines a los propios intereses, para compartir conocimientos y recursos didácticos, o intercambiar experiencias; y conformar ellos mismos una comunidad.

La educación en modalidad presencial sigue teniendo, por cierto, su encanto. Esta modalidad también es compatible con la inclusión de tecnología en las dinámicas. Cada vez es más común aprovechar los dispositivos móviles o tabletas para trabajar con audios y videos en clase, o incluir actividades que requieran conectarse a internet, por ejemplo. Pero aun dentro de las modalidades no presenciales, la tecnología aplicada a la educación no implica de por sí una precarización de la labor docente o del rol del estudiante.

La experiencia de enseñanza y aprendizaje tiene que seguir siendo transformadora y enriquecer a los participantes.


*TIC: Tecnologías de la información y comunicación

  • Para seguir leyendo

Isaac Asimov, “Cómo se divertían” (1951). Cuento de ciencia ficción: